Hace unos días Luciana refirió dolor de "panza", ya antes lo ha dicho y no pasa a mayores, creí que esta vez sería igual, así que la acosté a dormir, yo estaba al lado de ella, "comadreando" por teléfono con mi buena amiga Olivia, y de repente un vómito con propulsión invadió toda la cama... de inmediato tuve que dejar mi comadreo con Oli, obviamente, previo mi grito de sorpresa - sé que lo mejor hubiera sido evitarlo.

Como toda crisis es una oportunidad de aprendizaje, le comenté a Luciana que es por eso que debemos siempre lavarnos las manos antes de comer y no meternos los dedos a la boca, antes me ignoraba, y era un pleito, ahora a la primera se lava las manos y evita meterse los dedos a la boca.
Al tercer día la llevé a la escuela, comentando el motivo de su falta, una de las maestras me dijo que ese día Luciana había comido excedidamente pizza con motivo del cumpleaños de uno de sus amiguitos, "¡tenía una panzota!" agregó, bueno, además aprendimos que no es bueno comer en exceso.